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el blog de MUJER CONSCIENTE

EL TEMBLOR QUE VIENE DE ATRÁS

Hoy quiero hablarte de algo muy íntimo, de algo muy celular.

Es una sensación que me cuesta describir, parece estrés. Es como si se me subiera un poco el estómago, se me acelerase la respiración y estuviera más alerta de lo necesario. A nivel relacional me hace tener menos paciencia de lo habitual.

Obviamente, es algo que nunca se ha notado desde fuera.

¿Cuántas cosas nos pasan por dentro que nadie se da cuenta, verdad?

¡¡¡Y cuántas cosas nos pasan sin que ni siquiera nosotras mismas lo percibamos!!!

Me ha costado años darme cuenta de que me pasaba esto. Era tan incómodo cuando me sucedía, que me ponía rápidamente en movimiento, en acción, para inconscientemente, desconectarme de alguna manera.

Si me hubieras preguntado en ese momento qué me pasaba, te hubiera contado de todo menos decirte que me movía para no sentir el temblor. Pero no porque no quisiera contártelo, sino porque ni yo me daba cuenta.

Es, a medida que me he hecho mayor y gracias al proceso sistémico que he ido haciendo, cuando he podido tomar consciencia de ese temblor, he visto cómo me afectaba a nivel relacional, y he comenzado a abrazar/asentir/aceptar que existe.

Cuando hice esto ya fue un paso grande, porque era algo que me costaba “mirar”.

Después, pude ver el lugar de mi cuerpo donde nacía, ponerle un nombre e ir a buscar energéticamente cuándo fue la primera vez que lo sentí.

Y fue en mi nacimiento.

Mi madre parió con muchísimo miedo en su cuerpo.

Mi madre lo ha hecho siempre lo mejor que ha podido, como seguramente la tuya, y lleva mucha carga de las mujeres anteriores, como también tu madre.

Cuando yo nací, mi padre estaba trabajando y mi madre lejos de su tierra natal.

Tampoco mi madre tenía la compañía en ese momento de su propia madre, ni sus hermanas biológicas, porque nunca las conoció.

Y, aunque me quería mucho, se sintió desbordada, insuficiente, sin apoyo, despreciada…

Cuántas cosas se mueven en los partos, ¿verdad?

Es que es algo tan grande y tan vulnerable…

El día que vi esto, me tocó el corazón profundamente, pude sentir el desamparo de mi madre, su miedo, su desolación, su para mí no hay apoyo y tengo que hacerlo sola, y me acercó mucho internamente a ella. 

¿Alguna vez has contactado simbólicamente con el momento en que tu madre te parió?

Como seguramente sabes, quiero tener la mejor vida posible, como tú, y quiero ser libre de las cargas que llevo.

Pero no me las puedo extirpar, porque eso no se puede.

Así que seguí trabajando sistémicamente, para ver el origen de ese temblor que sintió mi mamá en mi parto, y ¿sabes con qué me encontré?

Con el temblor tan grande que tenía mi abuela materna en sus manos en el momento en que estaba dejando a mi madre en la puerta de la Casa Cuna de Cádiz.

Esto fue conmovedor, muy conmovedor.

Me cuesta contártelo y ponerle palabras…

Qué duro debió ser para mi abuela dar este paso, cuánta carga debió llevar durante toda su vida, qué difícil el momento de su muerte con este asunto abierto…

Cuántas mujeres tenemos detrás que han vivido cosas fuertes con las que han cargado después toda la vida, cuántas.

Y a la vez, cómo agradezco a mi abuela que dejara a mi madre en un lugar donde pudo ser bien cuidada, y eso hace que yo ahora pueda escribirte.

Para mí, hacer todo este proceso terapéutico con la ayuda de las constelaciones familiares, ha significado dejar el temblor, o verlo venir con más claridad y poder accionar los recursos internos que he creado para que no me secuestre.

Y esto es un antes y un después, un punto de inflexión que toca todos los ámbitos de mi vida y mis relaciones.

Gracias por leerme hasta aquí, me gustaría que me contaras algo de lo que te pasa por dentro, que te cuesta y que aparentemente nadie ve desde fuera.

Te leo y te contesto cuando pueda.

Y si sientes que las constelaciones familiares son una herramienta que te pueda ayudar, te invito a venir a un taller presencial en Barcelona.

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