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el blog de MUJER CONSCIENTE

Claves para comprender el arquetipo de la Doncella y equilibrarlo en ti (parte 2)

 

Arquetipos  ·  30. abril 2018

 

Como te contaba en la primera parte de este artículo, la Doncella es el arquetipo que rige la fase menstrual que comenzamos todas las mujeres una vez que terminamos el sangrado. Incluso aunque ya no sangres, por el motivo que sea, puedes reconocer la Doncella en ti. Es una fase que tiene una energía determinada, que te trae ciertas habilidades y despierta aspectos concretos de la mujer que eres.

Actualmente, muchas mujeres vivimos este arquetipo de manera desequilibrada debido al estado de consciencia patriarcal en el que estamos y al ritmo frenético de nuestra vida cotidiana. Este desequilibrio, que puede ser por exceso o por defecto, podrás reconocerlo en ti a través de los siguientes síntomas

  • Tienes proyectos en la cabeza que no eres capaz de plasmar en papel
  • Encuentras excusas para no llevar adelante ese proyecto que tanto te gusta
  • No te sientes válida o suficiente como para hacer ese proyecto
  • Te cuesta mucho consolidar una relación de pareja estable
  • Habitualmente te sientes atrapada por tu lista de tareas pendientes
  • Tienes serias dificultades para parar

Una alumna de Mujer Consciente, que estaba muy bien formada en Naturopatía y Nutrición, tenía muchas ideas para montar en su casa una consulta donde atender de manera individual. Era algo que le rondaba desde hacía bastante tiempo pero no acababa de llevarlo adelante, parecía que siempre había algo que se lo impedía.

Trabajando con ella el arquetipo de la Doncella, pudimos encontrar una de las raíces del asunto: Un hecho muy doloroso que vivió durante la adolescencia y que no había podido integrar.

No sé si sabes que, así como la Doncella corresponde a la fase menstrual del post-sangrado, también corresponde a la etapa vital de la adolescencia. Esta mujer, cuando tenía 15 años perdió trágicamente a su hermano de 17 años. Tras la pérdida, ocupó el puesto del hermano en el negocio familiar, se entregó a apoyar a su madre en tan duro trance, e incluso dejó de salir con el grupo de amigos que tenía porque era el que había compartido con su hermano ahora difunto. Salió brusca y repentinamente del período de la adolescencia.

Nunca más volvió a mirar ese período de su vida, no solía hablar de esa época, no la tenía presente. Este mecanismo de evitación, que hacía de manera totalmente inconsciente, tenía el prioritario objetivo de protegerse del grandísimo dolor que había oculto en esa etapa de su vida. De alguna manera, caminaba por la vida separada de esa etapa vital, disociada de sí misma.

¿Sabes lo que nos trae la etapa vital de la adolescencia?

Nos trae la posibilidad de convertirnos en nuestras propias fuentes de autoridad, nos da las alas para ir en pos de nuestros sueños y visiones, nos empuja fuertemente a buscar la libertad que nos permitirá explorar cosas nuevas. Y esta libertad es necesaria, aunque dé mucho miedo a los padres y madres. Esta libertad es necesaria para que la joven adolescente aprenda el juego de arriesgarse con algo que le hace vibrar y se familiarice con los fracasos y con los éxitos.

Esta mujer de que te hablaba, estaba disociada de la adolescencia y, por tanto, de todo lo que le ofrecía esa etapa, de todo lo que emanaba de esa energía. Porque cuando yo no tomo una etapa de mi vida, no dejo fuera lo malo y dentro lo bueno, dejo fuera todo.

Uno de los motivos por los que puedes tener dificultades para sacar adelante tus proyectos es por que estés separada/disociada de la etapa de la adolescencia. Y lo estás porque viviste un hecho doloroso puntual o bien porque fue una época especialmente difícil, de la que has necesitado distanciarte para sobrevivir.

¿Qué puedes hacer entonces?

Dependiendo de cuál sea tú caso, puede que necesitaes unas sesiones de terapia, una constelación familiar… O simplemente te sea suficiente la elaboración de un altar para tu adolescente.

¿Cómo hacer el altar para tu adolescente?

Escoge una o varias fotos representativas de tu adolescente y monta con atención, tiempo y presencia un altar en algún lugar de tu casa. Puedes añadir flores, esencias agradables, objetos que usabas en aquella época…

Una vez realizado el altar, te invito a que durante 21 días seguidos y con mucha presencia, enciendas una vela y digas en voz alta en tu lengua materna, las siguientes afirmaciones:

Te veo, te reconozco como una parte de mí.
 
Hace mucho tiempo que no te miraba, hoy lo hago.
 
Siento que vivieras lo que viviste, quiero decirte que eres inocente.
 
No te equivocaste, estabas explorando, era lo que tenías que hacer en esa época.
 
Eres digna, pura y suficiente.
 
Lo que te pasó no te volverá a suceder nunca más porque de ahora en adelante, yo te protejo.

Puedes modificar las frases por unas similares que para ti tengan más sentido.

La vela puede ser de cualquier color, forma y tamaño. No es importante la hora del día a la que lo hagas, ni el tiempo que permanezca la vela encendida. Lo único imprescindible es que lo hagas durante 21 días seguidos. Esto es así porque el 21 es el número que consigue cambios genéticos y en la realidad física. Si un día te olvidas has de volver a comenzar, y si no encuentras fotos de tu adolescencia puedes poner fotos o imágenes de chicas en esa etapa.

 

 

La mayoría de mujeres que conozco no se sienten lo suficientemente capaces y aptas como para llevar adelante sus sueños profesionales, a pesar de estar sobradamente formadas. Por mi propia experiencia, me ha dado cuenta de que básicamente tiene que ver con dos cosas:

  • Con que estás viviendo en una sociedad patriarcal donde lo Femenino está infravalorado
  • Con la relación con tu padre

 

Respecto a que vives en una sociedad patriarcal donde lo Femenino está infravalorado

Durante los últimos 40 años casi todas las mujeres hemos vivido una carrera agotadora para demostrar que, además de madres, podemos ser unas buenas profesionales. Tenemos la necesidad de demostrar que somos válidas, porque vivimos en un “ecosistema” que condena lo que es vulnerable, penaliza los procesos que necesitan su tiempo, excluye la sangre menstrual, mira con juicio el estado de receptividad, duda de la sabiduría organísmica, de lo intuitivo y de lo emocional… Vaya, todos los atributos de lo Femenino, son de segunda categoría.

¿Qué puedes hacer para validar tu sabiduría, tu manera de hacer, tus capacidades?

Una de las experiencias que a mí me ha resultado más sanadora ha sido formar parte de un círculo de mujeres. Escuchar que otras mujeres vivían lo mismo o parecido a lo que yo vivía, me hizo darme cuenta de que la “tara” no estaba en mí. Comprendí que esta sensación de “ser poco válida” era algo habitual que sentíamos las mujeres en esta sociedad por los mensajes que hemos ido recibiendo desde pequeñas a través de nuestros propios padres, de los cuentos, de los medios de comunicación, de los libros de historia…

Te recomiendo que acudas a un círculo de mujeres para nutrirte de lo Femenino, para renovarte y validarte. Si no conoces ninguno te ofrezco esta posibilidad: Círculo de Mujeres Gratuito y Presencial en Barcelona

También te aconsejo leer libros de mujeres que ya han recorrido o están recorriendo de alguna manera, este camino. Te dejo aquí un listado interesante: Lecturas para Mujeres y Facilitadoras de Círculos de Mujeres

 

Respecto a la relación con tu padre

El padre es el que te enseña durante la infancia a expresarte en el mundo a través de tus relaciones y de los frutos que das.

Cuando eres pequeña tus frutos son “pequeños”, como ir en bicicleta o hacer un dibujo, pero cuando eres grande tus frutos son grandes. Si cuando eres pequeña tu padre valora tus primeros frutos, te sentirás segura de sacar tus frutos al mundo cuando seas grande.

Si tu padre se relacionaba contigo escuchándote y valorándote, más adelante sentirás en la relación con tus amistades y desconocidos, que eres escuchada y valorada. Y tú misma escucharás y valorarás las opiniones de los otros.

 

¿Qué sucede cuando no ha sido así?

Si no fue así, puedes pasarte la vida buscando en las personas la valoración y escucha que no tuviste, y ser totalmente inconsciente de tu actitud.

Cuando una niña o adolescente fue muy juzgada por su padre, reprimida, criticada o subestimada, lo más normal es que tenga miedo de decir en voz alta la verdad de su corazón. Y que no sienta la confianza de compartir con los otros, a través de sus ideas o proyectos, las visiones que le habitan, los sueños que le hacen vibrar.

 

¿Qué puedes hacer al respecto?

Escribe una carta a tu padre

Escribe una carta a tu padre contándole las 5 cosas que más te dolieron de vuestra relación cuando eras pequeña o adolescente. Cuéntale a través de la palabra escrita cómo tú viviste esa situación y lo que echaste de menos, lo que te hubiera gustado recibir o escuchar en ese momento concreto. Lo más importante es que seas concreta y que expreses cómo tú te sentiste.

Una vez realizada la carta puedes imaginarte a tu padre delante y leérsela. Pon delante algún objeto que lo represente. Si no te atreves a hacerlo sola, pídele a alguien que te acompañe.

Después puedes quemar la carta, recoger las cenizas, mezclarlas con tierra y plantar algunas flores.

También puedes hacer esta cara aunque tu padre no estuviera presente en tu vida porque murió o porque se fue de casa. Igualmente puedes decirle lo que echaste de menos y lo que te hubiera gustado oír o recibir.

Podrás ampliar más información sobre esta tarea con tu padre en el vídeo/proceso de crecimiento personal “Mujer que se Cuida” que encontrarás en el siguiente link: Vídeo sobre la Herida Paterna.

 

Indudablemente hay muchos motivos que pueden estar impidiéndote o dificultando que camines en pareja de forma consolidada: Causas sistémicas, vivencias de la primera infancia, asuntos karmáticos, hechos traumáticos relacionados con la sexualidad, relaciones anteriores que no has cerrado bien… Y estar en la Doncella de manera habitual o frecuente también tiene que ver con la dificultad para consolidar una relación.

Si sientes que la fase de la Doncella dura más de una semana de manera habitual, si te parece que es un arquetipo en el que estás instaurada, obviamente estás reprimiendo tus otros aspectos: el de Madre, Chamana y Anciana. Una relación puede comenzar a través de la Doncella pero necesita vivir todos los arquetipos para enraizarse, profundizar, enriquecerse, dejar fuera lo viejo y caduco, seguir creciendo…

Permanecer de manera habitual en la Doncella hace que desarrolles tanto tu lado masculino que, desde fuera, puedes dar la sensación de que eres autosuficiente y de que no necesitas nada. Es difícil que alguien se quede contigo mucho tiempo si aparentas no necesitar nada. Y si lo hace, muy probablemente sea alguien que busque una mamá o una salvadora. ¿Te suena?

 

¿Qué puedes hacer entonces?

Dependiendo de cuál sea tu dificultad para consolidar una relación de pareja, habrá una tarea que sea más indicada para ti que otra. Yo te ofrezco hoy un recurso muy sencillo, pero muy poderoso. Una herramienta que he usado en algunos momentos de mi vida y me ha traído alivio inmediato y gran apertura de comprensiones: Cantar un mantra

El mantra Om Gum Ganapatayei Namaha tiene el poder de disolver los obstáculos, sirve además para bendecir los nuevos comienzos o el camino en el que nos hemos embarcado. Como, por ejemplo, el camino de encontrar pareja y consolidar una relación.

Si deseas escuchar su entonación previamente puedes escuchar: “21 días de viaje de Meditación Mantra” de Deva Premal y Miten, día 3, Nuevos comienzos: https://youtu.be/Ff4PIH-M2Lo

Para cantarlo te invito a que cierres los ojos y te pongas cómoda. Su pronunciación aproximada es “Om gam ganapataié namajá”. Mientras cantas puedes centrarte en este aspecto de tu vida donde necesites eliminar los obstáculos. Al cantarlo sería como si dijeras a nivel interno: “Invito a este mantra a eliminar todos los bloqueos energéticos respecto a este asunto y bendecir este viaje auspicioso que emprendo”.

La recomendación es que lo cantes 108 veces y hacerlo, al menos, durante 21 días para darle tiempo a que trabaje. Este canto también moverá la energía en ti de una forma que accederás a un estado de consciencia más profundo y obtendrás comprensiones reveladoras sobre tu asunto.

 

 

¿Estás pensando de manera frecuente en la lista de tareas que aún te queda por hacer?

¿Te resulta difícil sentarte a descansar un rato y disfrutar del vacío?

¿No encuentras nunca el momento para darte un espacio y hacer eso que te sienta tan bien?

A mí me sucede y también a la mayoría de mujeres que conozco, es un mal desgraciadamente más habitual de lo que nos pensamos. No te preguntes el por qué te pasa, ya que entonces vas a encontrar siempre justificaciones, pregúntate el para qué.

Te animo a qué te preguntes de manera sincera:

¿Para qué hago tanto? ¿Qué es lo que estoy evitando estando siempre en el hacer? ¿Con qué eludo contactar?…

La mayoría de mujeres estamos en movimiento para evitar el contacto con nosotras mismas. Y aunque te cueste creerlo, lo evitamos para no dejarnos sentir lo que nos sucede por debajo de la piel.

 

¿Qué hay en el cuerpo?

En el cuerpo está todo lo que has vivido en tu biografía, en tu nacimiento, en el vientre de tu madre, y todo aquello que ha sucedido en tus antepasados, en tu transgeneracional. En el cuerpo está tu historia y la de tu gente.

En tu cuerpo hay una memoria, una historia congelada. Y esto puedes verlo cuando mueves determinadas partes del cuerpo, sobre todo aquellas que están rígidas o con tensión corporal. Te aparecerán recuerdos, sensaciones o sentimientos que forman parte de tu historia y que permanecen almacenados en una memoria registrada en tus músculos o fascias.

Se trata de experiencias que has vivido, principalmente en tus primeros años de vida, y que te han afectado a nivel emocional. Ese material, no expresado ni elaborado, condiciona tu postura corporal actual, tensándote o actuando como coraza. Y condicionando también tu forma de sentir y actuar en el presente, con los otros y contigo misma.

No paras para no dejarte sentir lo que hay en tu cuerpo, aquello que aún no has podido mirar ni elaborar, no paras para no sentir.

 

¿Qué te pierdes al hacerlo así?

Estar habitualmente en movimiento, estar asiduamente en la Doncella implica estar en la vida en modo activo. ¿Sabes lo que significa eso? Cuando estás en modo activo estás orientada hacia una meta o un fin. Obviamente, todo tu cuerpo permanece en tensión y en el camino de alcanzar tu objetivo pasas por alto muchas cosas que te distraerían de tu meta.

 

¿Dónde está el problema?

En que te pierdes habitualmente las cosas verdaderamente importantes de la vida, te pierdes lo esencial, lo que calienta el alma.

Imagínate como madre criando a tu hija y estando en modo activo de manera permanente. Tu hija viene a decirte algo y tú no puedes escucharle verdaderamente porque estás con la cabeza en tu objetivo. Una vez no pasa nada. Pero si esto es habitual, tú y tu hija estáis perdiéndoos la experiencia de compartir desde la presencia, la vivencia de que nazca una conversación espontánea que pueda llevaros a hablar de asuntos nuevos o a encontraros de una manera diferente como desde el juego, la risa o la caricia.

 

¿Cómo afecta estar en modo activo asiduamente en el territorio de la pareja?

Por muchos años que lleves con tu pareja siempre es posible llegar a territorios nuevos, y esto es así porque tú no te conoces a ti misma de manera total, igual que tu pareja no se conoce a sí misma de manera total.

Para que surjan momentos lindos en la pareja, para que aparezcan cosas nuevas, para alcanzar territorios hermosos y profundos, es necesario que haya espacios de vacío. Espacios donde no tengáis nada programado, donde los cuerpos no estén en tensión, donde las mentes no estén activas en algún asunto, al menos durante un rato.

El vacío puede nacer de manera natural, o bien puedes invocarlo tomando la decisión personal de dejar espacios de vacío. Personalmente aún ando en esta batalla y veo maravillada cómo cuando hay vacío surgen cosas hermosas y muy nutritivas.

 

¿Qué puedes hacer para “salir” del modo activo?

Estoy segura de que ya tienes maneras para hacerlo aunque no las practiques de manera habitual. Hoy te compartiré dos: Tomar esencias florales de Bach y usar la aplicación de móvil MindBell para cultivar tu atención en el momento presente.

Las flores de Bach son esencias florales que ayudan a equilibrar estados mentales, emocionales, físicos o espirituales. No tienen efectos secundarios, pueden combinarse con cualquier tipo de medicación y, además, tienen un precio muy asequible.

Lo mejor es que acudas a una terapeuta floral y te entrevistes con ella para que te prepare una fórmula para poder estar más presente en tu vida, un preparado que te ayude a pasar a un modo más receptivo. De todas formas hay algunas esencias que a todas las mujeres pueden ayudarnos en esta labor: Agrimony, Centaury, Elm, Impatiens, Larch, Mimulus, Pine y White Chestnut.

La aplicación de móvil Mindfulness Bell aplica los principios del maestro Thich Nhat Hanh para desarrollar la atención. Si la instalas en tu teléfono tendrás un temporizador con un sistema de alerta que te ayudará, cada vez que suene, a parar en aquello que estés haciendo. Cuando suena el gong podrás tomar presencia, respirar y llevar la atención a lo que estás haciendo. Es algo que puede ayudarte a cultivar el hábito de la presencia en tu vida. Y cuando haces algo con presencia la meta, ya no es tan importante sino el proceso hasta llegar a ella.

Por último, algo que puede ayudarte mucho a tener una fase de la Doncella equilibrada, es abrirte a vivir la fase de la Anciana de manera consciente. Si durante el sangrado te permites ir más despacio, retirarte, descansar, estar en tu cueva y en tu mundo, la Doncella que renace después estará enraizada y su movimiento será mucho más certero y centrado.

Si quieres vivir una experiencia vivencial para conectar con tu esencia y despertar tu liderazgo interno, te animo a venir al próximo taller de introducción a la formación Mujer Consciente: Me interesa el Taller Online

Si quieres hacer un proceso de crecimiento personal, para tomar tu poder personal desde el amor a ti misma, te dejo la información de la Formación Mujer Guía: Me interesa la Formación Mujer Guía

Muchas gracias por tu tiempo y atención,

Con amor,

Carmen

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