Hoy quiero compartirte algo muy íntimo, algo que quizás nos traiga “luz” a todas.
En este momento de mi vida, siento, por un lado, serenidad, empoderamiento y mucha claridad. Pero, por otro lado, también estoy abrazando a mi niña pequeña, a la niña que fui. Lo que quiero contarte tiene que ver con un proceso emocional que estoy transitando.
Como sabes, uno de los programas que ofrezco es la Mentoría Mujer Guía. Me llena de alegría; es un espacio donde, junto con María, colaboradora de Mujer Consciente, acompañamos a mujeres emprendedoras —o que desean emprender— ofreciéndoles un sostén emocional, energético y técnico. Las guiamos para que puedan “bajar” a tierra esos proyectos que vibran en sintonía con su Ser aquí y ahora.
Este año tenemos más mujeres que nunca. En octubre se cubrieron todas las plazas, y ya tenemos una lista de espera con interesadas en unirse. Hace unos días tuvimos el primer encuentro de la Mentoría de emprendedoras, y fue precioso. Nos encantó ver a todas las participantes, escucharlas, proponerles dinámicas y compartirles las enseñanzas que hemos preparado. Terminé el encuentro muy contenta y en un estado de celebración.
Pero, ¿sabes qué ocurrió al día siguiente?
Al despertar, me invadió una sensación de culpa y un miedo irracional.
Me detuve a mirar “hacia dentro” para entender de dónde podía venir esa sensación. No había nada concreto sucediendo en ese momento que explicase estas emociones, así que decidí observarlas, dejando que estuvieran allí sin permitir que me “secuestraran” por completo.
Con el tiempo y la observación, me di cuenta de que era un malestar relacionado con un miedo irracional al éxito, al brillo propio. Es como si tuviera temor de tomar mi lugar, de elevar mi voz, y de que, al hacerlo, algo malo e irreversible pudiera suceder.
¿De Dónde Surge Este Miedo?
Este temor está vinculado a la niña que fui y a las experiencias de mi infancia, pero también a las vivencias de las mujeres de mis linajes e, incluso, a recuerdos de otras vidas.
A veces pienso: “Con todo el trabajo que he hecho, ¿por qué sigue apareciendo este miedo?”
La respuesta está en que el crecimiento y la evolución se viven en capas, como una cebolla. A medida que expandimos nuestra consciencia, aparecen nuevas capas más profundas, listas para ser miradas y sanadas.
Creo que, con el tiempo, muchas de las cosas que sentimos ya no son solo nuestras, sino que forman parte del campo de resonancia morfogenético de las mujeres, e incluso de la humanidad.
¿Te Resuena lo que Comparto?
Si sientes que esto también te sucede, te comparto algo que a mí me está ayudando mucho y que incluso estoy haciendo mientras escribo estas líneas: abrazar a la niña que fui, tomarla con fuerza, calmarla y acunarla. Al hacerlo, noto cómo mi sistema nervioso vuelve a regularse.
Te invito a probarlo cuando sientas que te desregulas. Toma una manta, un cojín o lo que tengas a mano, y abrázalo como si fuera la niña que fuiste. Verás que te ayuda mucho.
Deseo que te ayude esta herramienta. Y, si estás emprendiendo y quieres dar a luz un proyecto nuevo, te invito a que valores la propuesta de la Mentoría Energética para Mujeres Emprendedoras.