Arquetipos  ·  08. noviembre 2018

 

“Intenta vadear un arroyo turbulento que arrastra el peso de las expectativas sociales

y te ahogarás.

La mujer sabia aprende a decir que NO para que los niños se manejen por ellos mismos.

Sabe que esto es sano.

Hacer cosas por otros crea dependencia y resentimiento”

Poema del Tao de las Mujeres

La Chamana, el arquetipo que rige la fase menstrual de antes del sangrado, es la que te empuja a poner los límites que son necesarios para ti. Es verdad que, a veces, pones los límites de manera algo desproporcionada. Y es que una, solo puede reconocer sus propios límites cuando los ha sobrepasado.

De ahí que en ocasiones, salgan de manera volcánica.

Lo Femenino tiene una cualidad que no tiene lo masculino, lo Femenino acompaña y sostiene. Muchas mujeres, atendiendo a esta cualidad de acompañar y sostener a los otros, nos olvidamos de nosotras mismas y nos enteramos de que nos hemos pasado de nuestro límite cuando ya lo hemos sobrepasado.

Pero no entres en la culpa, a poner los límites se aprende poniéndolos.

Y pide disculpas cuando sea necesario porque el otro o la otra, no es el único responsable de lo que ha sucedido. Tú, como mínimo, has permitido que suceda, así que hay una parte que es tuya. Tomar tu responsabilidad te hará crecer y transmutar. Muchas mujeres pretenden mantenerse inocentes en los conflictos relacionales y esto les mantiene eternamente en el arquetipo de niña buena, una pena para sus parejas y para sus hijos.

La Chamana es también un arquetipo muy poderoso, que aparece con fuerza en la fase del presangrado, es el arquetipo relacionado con el otoño, con la fase vital del Climaterio, con el elemento fuego y con el acto de integrar.

• A conectar con la Mujer Medicina que hay en ti, esa que hace productos sanadores: Caldos, infusiones, unguentos, remedios florales, sanación con las manos…

• A evaluar situaciones, proyectos, relaciones… La fase de la Chamana es también conocida como la fase de la verdad. Revisar y evaluar durante esta etapa te permitirá tener una mirada muy clara de lo que te interesa y de lo que no, de lo que tiene sentido y de lo que ya cae por su propio peso. De lo que debes dejar marchar y soltar. Invócala para hacerlo.

• A transitar la etapa vital del Climaterio con más consciencia. A aceptar los cambios físicos en los que va a entrar tu cuerpo y todo el trabajo espiritual al que te invita el acto de dejar el sangrado: Revisar cómo has vivido, con quién, cómo has criado, cómo te has realizado… Lo que seguro te traerá muchos movimientos emocionales.

• Y este arquetipo también te invita a parar la acción e iniciar el movimiento de ir hacia dentro para conectarte con tus profundidades. Es verdad que entonces puedes encontrarte con cosas tuyas que no te gustan, con tus propios monstruos… ¿Pero sabes que hay más abajo? El diamante más hermoso: Tu propia vulnerabilidad.

La vulnerabilidad es una gran tesoro.

No tiene nada que ver con la debilidad sino con la autenticidad y el poder.

No la sentimos habitualmente porque para sobrevivir nos hemos puesto muchas corazas masculinas. Necesitamos redescubrir lo poderosa que es la vulnerabilidad.

Creemos que mostrar la vulnerabilidad es de débiles y es peligroso. Y nada más lejos de la realidad, la vulnerabilidad nos hace poderosas, hace poderosa a la gente. Nos saca de aquello que no somos, nos conecta con nuestra esencia, con nuestra humanidad.

Es muy poderoso mostrarle al otro “Yo soy así de vulnerable”.

Cuando haces esto, le estás enseñando al otro lo que eres, no te estás ocultando, por tanto no vibras en el miedo y no pierdes tu poder. El gran paso que podemos dar las mujeres es reconocer nuestra propia vulnerabilidad y vivir desde ella, eso hará que también los hombres se conecten a ella.

¿Te imaginas una sociedad, una estructuras, unas relaciones familiares, de pareja, o relaciones laborales, donde las personas reconocen su propia vulnerabilidad y la muestran?

Pues es posible, y depende de ti, de mi y de cada una de nosotras.

Además, conectada a mi vulnerabilidad, me entero antes de cuando tengo que poner un límite y tampoco pierdo energía ni tiempo en relaciones tóxicas o en trabajos grises, porque me entero de cómo me hacen sentir, porque me doy cuenta.

Te animo a que seas vulnerable por mucho miedo que te de.

Por último, hoy me despido de ti, dejándote esta visualización para ayudarte a conectar con el otoño, la estación que rige este arquetipo. Con el deseo de que te sirva y te guíe en tus profundidades.

Toma una libreta, algo para escribir y ve a un espacio tranquilo donde nadie te interrumpa durante 10 minutos. Si es posible para ti, pon la música que tienes en este link como sonido de fondo

Enciende una vela y un incienso para que te acompañe en este proceso, ponte sentada cómodamente y arrópate con alguna mantita o chal.

Cierra los ojos y pon la atención en tu respiración, en cómo va entrando y saliendo el aire de tu cuerpo, en cómo te sienta respirar.

Lleva después la atención a tus isquiones, los huesos que están en las nalgas. Y deja que sean ellos los que te sostengan, deja de hacer esfuerzos por sostenerte. Deja que tu cuerpo se vaya relajando y comienza a habitarte, a darte cuenta de las sensaciones que aparecen al tomar presencia en tu propio cuerpo.

Visualiza como van naciendo desde tu espalda unos pétalos o alas, que se van haciendo grandes y comienzan a envolverte. Éste envoltorio deja pasar la luz a la vez que te mantiene en un lugar de protección, descanso y nutrición.

Estando en esta envoltura, en voz alta o mentalmente, pero siempre en tu lengua materna, invoca al Arquetipo del Femenino Sagrado de tu Linaje 3 veces, y pídele ayuda para el asunto que necesites.

Por ejemplo: Invoco al Arquetipo del Femenino Sagrado de mi Linaje para vivir este proceso de otoño y que me lleve a conectar con mi verdad, y repítelo 3 veces. O bien: Invoco al Arquetipo del Femenino Sagrado de mi Linaje para vivir este proceso de otoño para que me ayude al descanso y al restablecimiento de mi salud, y repítelo 3 veces.

Visualiza como por detrás tuya llega una luz que entra por tu espalda, a la altura de tu pecho.

Mantente unos minutos sintiendo estas alas o pétalos tan agradables que te envuelven, esta luz ancestral, habitando tu cuerpo y abierta a las imágenes, palabras o frases que van a llegarte después de la invocación.

Cuando sea suficiente para ti, deja que las alas o los pétalos se retraigan de nuevo a tu espalda. Estírate o haz algunos movimientos para ir “encarnando” de nuevo. Mueve los dedos de las manos, de los pies, abre los ojos lentamente.

Apunta lo información que te haya llegado, es posible que dentro de un rato ya no la recuerdes.

Cierra sagradamente el espacio que has creado.

Puedes hacer este ejercicio tantas veces como quieras, varios días a la semana, varias veces al día…

Si no tienes tiempo de hacerlo en casa, también puedes hacerlo en cualquier lugar, con los ojos cerrados, y acompañándote con los auriculares con la música de fondo

Si te apetece compartirte como te ha ido, escríbeme.

¿Te gustaría saber más de la Chamana?

¿Deseas marcar los límites a tiempo?

¿Te gustaría sanar algunos aspectos tuyos y sentirte más empoderada?

Te invito a formar parte de la próxima edición de la Formación Mujer Consciente

Con amor,

Carmen

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