el blog de MUJER CONSCIENTE

YULE SOLSTICIO DE INVIERNO

El solsticio de invierno ya ha llegado.
Y con él, una invitación profunda a recogerte, a escuchar el silencio y dejarte guiar por tu verdad más esencial.

¿Sientes ya en tu cuerpo el cambio de estación?
¿Percibes cómo la energía del invierno comienza a despertar dentro de ti?

Desde hace días, siento una gran necesidad de silencio.
Una necesidad de lo esencial.
De sentarme frente al fuego, sin hablar.
De hablar bajito, si es necesario.
De quedarme ahí, sin hacer nada más.

Este es uno de mis momentos favoritos del año.

Después de atravesar el otoño, con todas sus sombras y sus mensajes, llego a lugares muy profundos de mí que, de pronto, se iluminan y me recuerdan quién soy.

Es como si algo en mí se regenerara.
Vuelvo a ver claro el norte.
Vuelvo a preguntarme hacia dónde quiero navegar.

No es como el descanso del verano, no…
Este es otro tipo de descanso. Más silencioso. Más íntimo. Más revelador.

Sé que para algunas personas este momento puede ser difícil.
Las sombras que aún no han sido reconocidas pueden hacer ruido.
Pueden dificultar ese recogimiento que tanto anhelamos.

El otoño se encarga de aumentar el volumen de lo que no está alineado.
Lo hace para darte otra oportunidad de verlo.
De transformarlo.

¿Te ha pasado esto en estos últimos meses?
¿Sientes que hay algo que sigue pidiendo ser mirado?

Quiero contarte algo muy personal…

Durante muchos años sentí un peso enorme en mi interior.
Una mezcla densa de tristeza, rabia, aislamiento, confusión…
Sensaciones que venían de muy atrás: de mi historia familiar, de lo que viví en la infancia, de lo que tomé del vientre de mi madre.

Momentos de alegría, sí. Pero siempre volvían esas sensaciones de fondo.
Y ese peso se intensificaba con la llegada del otoño.
Cuando la luz disminuía y la naturaleza se recogía, a mí se me hacía todo más cuesta arriba.

>> Me juzgaba.
>> Me comparaba.
>> Me daba vergüenza sentirme así.

Hasta que comprendí algo esencial:
No se trata de luchar contra las sombras, sino de mirarlas. De habitarlas. De reconocerlas.

Con ayuda y mucho amor, aprendí a hacer lo mismo que hace la Tierra en esta época:
Disminuir el ritmo.
Recogerme.
Escuchar el silencio.

Y ahí, en medio de mi propia ciénaga, llegó algo inesperado:
+ La comprensión.
+ El perdón.

No un perdón superficial, no desde la resignación.
Sino un perdón que libera, que abre el corazón.

Un maestro que tuve me decía algo que se me quedó grabado:

“Lo que más dolor nos causa no es no haber recibido amor, sino no tener el corazón abierto para recibirlo o para darlo.”

Cuánta verdad.

Recuerdo que fue justo en un solsticio como este cuando lo entendí todo…
Vi que lo que pasaba afuera, también pasaba dentro.
Una parte de mi sombra se iluminó, justo cuando la Luz regresaba a la Tierra.

Y tú, ¿sientes que hay partes de ti que quieren ser iluminadas?
¿Te cuesta entrar en ese silencio sola?

*** Si necesitas un sostén, te ofrezco una herramienta sencilla y poderosa:
Una visualización con la Diosa Kuan Yin, para que entres en el invierno con más ligereza, más verdad y más presencia.

Accede aquí a la meditación de Yule

Que en este solsticio, Kuan Yin te envuelva con su compasión infinita.
Y que entres en el invierno más conectada contigo, más libre, más viva.

>>> Puedes repetir esta visualización cuantas veces lo necesites.
Incluso puede acompañarte hasta La Candelaria, el 2 de febrero.

Este modo de entrar en el invierno, en escucha del cuerpo y de los ciclos de la Tierra, es el mismo que sostengo en Mujer Madre Tierra.

Un camino para mujeres que quieren vivir en conexión con su ritmo interno, su verdad, y el pulso vivo de la Naturaleza.

Quiero saber más sobre Mujer Madre Tierra

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